Fotografía: Adrià Goula
Escuela El Tren de Fort Pienc en Barcelona
La particularidad del solar y su reducida dimensión, unida a las necesidades muy detalladas del programa marcan el punto de partida de este proyecto.
El edificio debe insertarse en las trazas de su entorno urbano en el contexto de una manzana muy singular, con una volumetría estudiadamente fragmentada y una vía peatonal que la atraviesa en diagonal. Se trata de una manzana de multiequipamientos ya que contiene una biblioteca, un mercado, una escuela, un centro cívico, un casal infantil y un centro y residencia de ancianos.
Por otro lado, las condiciones propias de una parcela tan reducida, sugieren activar las cubiertas como patio exterior de juegos y la disposición de celosías y envolventes para dar respuesta a las orientaciones menos favorecidas.
La voluntad de la propuesta es adaptarse al entorno inmediato de la manzana, consolidando la esquina con un zócalo prácticamente continuo en la planta baja y con dos volúmenes en las plantas superiores que buscan prolongar y acabar el contexto de la manzana de estimable valor arquitectónico y urbano.
En cuanto al funcionamiento del edificio, además de ajustarse a los requerimientos de su programa escolar, se ha considerado prioritario el buen comportamiento bioclimático en todas las orientaciones, captando la radiación térmica allá donde las necesidades funcionales lo soliciten, produciendo espacios intermedios climáticos que aporten un beneficio térmico y de confort en el interior del edificio.
Por último, pero no por ello menos importante se ha ideado un sistema estructural y constructivo simple y eficiente, que permite desarrollar el programa con la máxima flexibilidad y comodidad para sus usuarios y que posibiliten optimizar los plazos y calidad de ejecución de la obra.