Un breve extracto de la presentación del proyecto en el reciente REBUILD 2019

El proyecto tiene una fuerte componente urbana, que trata de cualificar una zona industrial y sacar partido de las condiciones del lugar. La ubicación así como la normativa municipal vigente permiten una amplia diversidad de usos, que la arquitectura debe ser capaz de albergar e incluso potenciar. Así pues, la tipología resultante no es convencional  y se organiza como una superposición de calles y plazas, originando una estructura flexible y porosa, capaz de relacionarse con su contexto y recibir tanto usos industriales como terciarios.

Podemos desglosar conceptualmente el edificio en dos grandes ámbitos que son Infraestructura y Equipamiento, incluyendo en cada uno de ellos los distintos sistemas que complementariamente los conforman. Todos ellos vienen amparados por una “industria fabricante”, engranada por el equipo de obra, que además se hará cargo del montaje. El proyecto saca partido de los componentes industriales básicos, aumentando sus prestaciones; como un forjado que es a la vez suelo técnico, vigas isostáticas que forman voladizo, etc.

Las condiciones del edificio han de permitir una baja demanda de energía y una calidad de su ambiente interior, tanto por la proporción de su planta como por el minucioso estudio de la envolvente. Además, una parte considerable de esta demanda ha de cubrirse mediante un sistema geotérmico y una autoproducción fotovoltaica.

Felipe Pich-Aguilera