Reflexiones sobre la integración de la Economía Circular en el proyecto y su construcción

Globalmente hemos llegado a un acuerdo, Naciones Unidas ha marcado 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ahora se trata de implementar esta transformación en nuestro día a día ciudadano y profesional.

Si nos centramos en el ámbito profesional y en nuestro marco de la edificación, destacaría cuatro de los ODS, sin obviar que todos influyen en nuestro trabajo; el Objetivo 17, que nos menciona la necesidad de trazar alianzas que colaboren para afrontar, de común acuerdo, la transformación necesaria; el Objetivo 9, que cita a la industria, la innovación y las infraestructuras; el Objetivo 12, que nos habla de producción y consumo responsable  y el Objetivo 3 que defiende la salud y el bienestar para todos. 

Promover, construir y habitar con la sostenibilidad nos obliga a proyectar desde nuevos engranajes. Los procedimientos e instrumentos que actualmente estamos utilizando nos lo facilitan, ahora nos queda organizarnos como equipos concatenados en complicidad con el resultado final, su uso y el conjunto de su ciclo de vida. La distorsión que supone fragmentar nuestro trabajo en fases estancas no nos permite una visión de conjunto, ni un buen cumplimiento de las exigencias de productividad, eficiencia, calidad e impacto ambiental.

Si nos centramos en la sostenibilidad ambiental parece claro que ésta tenderá hacia una economía circular, es difícil continuar nuestro hacer desde los actuales sistemas productivos y de uso –extraer, fabricar, transportar, consumir, usar y tirar-. 

El edificio Sócrates intenta dar respuesta al reto, desde un enfoque global de proyecto, hasta en el detalle prescriptivo de los materiales. 

El proyecto se plantea con la posibilidad de multiplicidad de usos, versatilidad y flexibilidad, para poder acoger a la industria 4.0, con sus necesidades de almacenaje, producción y espacio de oficinas. Sus accesos y logística permiten la carga y descarga, propia de la industria, así como el recorrido peatonal para las personas que trabajan en el sector de los servicios. Su configuración posibilita ser alquilado en su conjunto o en superficies menores. Ligado a la versatilidad y bienestar de los usuarios del edificio, se plantean espacios exteriores a distinta altura, patios con vegetación donde poder trabajar al aire libre o bien interaccionar. La importancia de la vegetación y de otros espacios, más allá de los mínimos establecidos, empieza a ser un parámetro científicamente demostrado de confort, efectividad y salud.

La estructura se proyecta con grandes luces para aportar la mayor flexibilidad en distribución interior. La fachada con ventanas corridas permiten la versatilidad en las distribuciones interiores, un filtro exterior, diverso según orientación, formaliza la envolvente. La ubicación de las instalaciones, en anillo entre el filtro y el cerramiento interior, posibilita innumerables conexiones, así como facilita su mantenimiento. Más allá de los sistemas, el edificio se construye con el objetivo de reducir la demanda energética y producir ésta con renovable.

Si nos centramos en la economía circular de su construcción, podríamos considerar el edificio como un banco de materiales, en donde cualquier producto o sistema puede ser reversible. El edificio se proyecta por componentes que se montan en obra y pueden desmontarse para ser sustituidos, reciclados o reutilizados. La colaboración en fase de proyecto con el equipo de obra, fabricante y montador, hace posible un conocimiento pormenorizado de los materiales, su composición, su impacto ambiental, sus posibilidades de reciclaje, incluso su control sobre los residuos.

La colaboración en el proyecto, con la constructora Construcía, una consultora especializada en Cradle to Cradle, Eco Intelligent Growth y la industria ha permitido conocer con todo detalle el peso de edificio, así la composición de cada uno de sus materiales, con el objetivo principal de poder eliminar los productos tóxicos, evitar los residuos en obra y conocer en detalle sus posibilidades, incluso garantías, de retornar cada uno de los componentes a su origen industrial o natural.

La necesidad de cuidado de nuestros recursos nos obliga a trabajar conscientemente sobre el impacto ambiental de nuestras decisiones.

Teresa Batlle, arquitecta.