Nos hace una ilusión especial compartir con todos vosotros nuestra propuesta finalista al concurso BIST, realizada en equipo con 2BMFG y JG.

Es una apuesta claramente contemporánea, que responde a la vez a los retos de los nuevos espacios de trabajo post-Covid y a los retos de sostenibilidad global, ambos retos resueltos a través de la propia arquitectura del edificio.

ESPACIOS PARA EL TRABAJO Y BIOCLIMATISMO

La planta baja, el patio central y la cubierta es un gran atrio bioclimático con espacios para el encuentro, para estimular la innovación, el confort y la salud de los usuarios, para fomentar el acceso de los vecinos a espacios compartidos en planta baja y cubierta. Espacios compuestos por sistemas tecnológicos de innovación aplicada, donde las vistas, la luz y la ventilación natural, los materiales saludables, la vegetación, una gestión digitalizada para crear comunidad y optimizar los espacios, con recorridos semiexteriores contactless y las zonas de networking determinan una nueva manera de acceder y vivir los espacios para el trabajo.

Este eje vertebrador del edificio, abierto a la ciudad y generador de circulaciones semiexteriores, es el que junto con una envolvente activa y fotovoltaica permite obtener un edificio energéticamente positivo, cubriendo todo el consumo general del edificio (equipamientos específicos de gran consumo aparte).

El edificio limpia el aire urbano, utiliza toda el agua de lluvia para evitar sobre presionar las depuradoras y que los plásticos no lleguen al mar, que reduce el efecto isla de calor con su envolvente, impulsa la biodiversidad, un edificio socialmente abierto, integrador, mediterráneo, contemporáneo.

Una propuesta que no está basada en intuiciones, sino realizada a partir de modelizaciones energéticas, lumínicas y de Cradle to Cradle, que nos permiten asegurar que la propuesta es un modelo de impacto ambiental positivo en todos los ámbitos.

ESPACIOS PARA EL TRABAJO Y ECONOMÍA CIRCULAR

En todo el perímetro del atrio central se sitúan los espacios de oficinas y laboratorios, espacios para el trabajo absolutamente conectados entre ellos, modulares, amplios y totalmente flexibles en su distribución, abiertos a la ciudad con fachadas protegidas por lamas horizontales que permiten una vista diáfana al exterior, espacios sin estructuras ni bajantes de instalaciones que dificulten futuras reestructuraciones, y que por tanto prolonguen el ciclo de vida del equipamiento sean cuales sean las necesidades futuras.

Las plantas diáfanas se complementan con 4 núcleos verticales de servicios donde se albergan todos los elementos que no se van a modificar de posición durante la vida útil del edificio: la estructura, los bajantes de instalaciones, las circulaciones verticales, los baños, etcétera.

Ello libera todo el resto como espacios servidos totalmente flexibles.

El edificio está concebido como un banco de materiales para el futuro, con componentes montados en seco, ligeros, de bajo impacto y totalmente recuperables. Un edificio que no se va a tener que derribar nunca, sino desmontar pieza a pieza para aprovechar todos sus componentes. Que puede construirse sin necesitar un aval de residuos municipal: construcción residuo cero como nuestro edificio Sócrates en Viladecans. Con una recuperación y reutilización del 100% del agua de lluvia.

La economía circular también desde la propia economía: la propuesta es totalmente asequible desde la propia fase de construcción con su selección de sistemas y soluciones, en la línea del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau, donde demostramos que una construcción ambiciosa en cuanto a la integración urbana, atracción de talento y sostenibilidad global no solo costaba mucho menos inicialmente que edificios equivalentes, sino que era capaz de aportar valor durante todo su ciclo de vida.

Un edificio programado para evitar la obsolescencia constructiva, funcional, económica y urbana.

ESPACIOS PARA LAS PERSONAS Y EL PLANETA

Acabamos con un storyboard con el recorrido de 4 tipos de usuarios distintos del edificio, una doctorante de la UPF, una vecina del barrio, un investigador y una administrativa, para los cuales se ha diseñado la propuesta. Para ellos y para todos nosotros, para demostrar que hay otra manera de construir y dar respuesta a los retos contemporáneos a través de una arquitectura centrada simultáneamente en las personas y en los retos planetarios. Un tipo de arquitectura realmente posible y cada vez más necesaria.