Fotografía: Adrià Goula
Bloques de viviendas y proyecto de urbanización en Manresa
La propuesta de edificación y de ordenación del espacio urbano se estructuró a partir de su entorno y los múltiples puntos de vista con la ciudad existente.
Podemos resumir en tres puntos esta complejidad:
– La relación con la ciudad “alta” que da un protagonismo a las cubiertas. La cubierta era una fachada más en el conjunto edificado, una “fachada horizontal”, con la misma influencia urbana del plano vertical edificado.
– La relación con la calle o vía de acceso principal (calle Sant Ignasi). El proyecto plantea una organización tipológica y de fachada con un ritmo y una alineación constante, para conseguir generar un conjunto que marque un claro límite urbano.
– La relación con la calle más doméstica (calle Montserrat), donde se plantea una edificación que interpreta el tejido pre-existente con sus irregularidades y su mínimo parcelario.
La ordenación propuesta pretende generar unos espacios libres peatonales, que al mismo tiempo pudiesen ser espacios de relación entre edificios. Todos los vestíbulos de acceso a las viviendas se encuentran hacia la calle Montserrat.
Todo el proyecto de edificación se ha planteado en términos de sostenibilidad e industrialización.
La fachada y la cubierta se tratan como sistemas que aportan protección e inercia hacia el interior. El edificio contempla una agrupación de huecos y una disposición de lamas, que generan un colchón y flujo climático. Se estudiaron en proyecto las orientaciones y disposición de los patios para conseguir que todas las tipologías tuvieran ventilación cruzada.
Se plantearon paneles industrializados de hormigón con colores, con la consecuente velocidad de montaje y fabricación, así como mejora en la seguridad de obra, optimización de recursos y energía.
Finalizada la obra se consiguió monitorizar el comportamiento del edificio y la reacción de los usuarios con los datos obtenidos, a través de un proyecto de la Comisión Europea (Proyecto BECA).